9 dic 2015

SER ESPIRITUAL Falsos Profetas

  Palabras de Vida:

Citas de la palabra de Dios, según la Biblia

para reflexionar y comentar


Falsos Profetas

Muchos de los que hemos nacido y vivido en países católicos, desconfiamos de la Iglesia, y cualquier cosa que venga de ella provoca rechazo. Es normal, porque cuando la Biblia, la palabra de Dios, nos es presentada por medio de una Iglesia que ha sido cómplice de conquistadores, dictaduras, fascistas y genocidas de varias épocas de la historia, nos provoca rechazo. 
Tengo amigos que durante la dictadura de Pinochet fueron torturados en Chile en presencia de sacerdotes católicos, por ejemplo; es comprensible que rechacen la prédica religiosa. Actualmente, los escándalos de pederastia en la Iglesia, así como sus oscuros manejos financeros, tampoco ofrecen mucha credibilidad para personas que tienen un poco de nivel crítico y se informan objetivamente. La Santa Inquisición, escriben los historiadores, asesinó a once millones de personas.
Está claro: ¿Cómo puede una persona querer escuchar hablar de Jesucristo a través de un mensaje que está representado - y monopolizado- por aquella Iglesia Católica? 
Evidentemente, existe mucha falsificación y mucha manipulación en el nombre de Dios. Se ha matado y torturado en el nombre de Dios. La Iglesia Católica, y muchas otras Iglesias cristianas, han dado innumerables ejemplos de falsedad.
¿Es ésto motivo para creer que Dios no existe? ¿o para pensar que la palabra de  Dios no es verdadera? 
Veamos por nuestra propia cuenta un pasaje de la Palabra de Dios, dictada por el Espíritu Santo, que todo lo aclara , y todo lo prevee en detalle, en el cual Jesucristo nos habla sobre los falsos religiosos, y nos declara que lo importante es, sobre todo, hacer el bien:
Mateo 7: 15-23 
15“ Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosostros con vestidos de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces.
16. Por sus frutos los conocereis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos? 
17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.
18 No puede el buen árbol dar malos frutos, ni el árbol malo dar frutos buenos.
19 Todo árbol que no da buen fruto, es cortado y echado en el fuego.
20 Así que, por sus frutos los conocereis.”
21. “No todo el que me dice: Señjor, Señor, entrará en el reido de los Cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. 
22. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros?
23. Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”.

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