7 ene 2016

ACTUALIDAD : Antisemitismo, el regreso del odio

Esperando al Mesías.  foto E.R.
“Ud. se equivoca si Ud. supone que en este tema (antisemitismo) usando la razón puede conseguirse siquiera algo. En los años pasados yo mismo lo creí y traté de protestar contra esa monstruosa infamia. Pero es inútil, totalmente inútil. Aquello que yo o cualquier otro podría decir son finalmente argumentos, lógicos y éticos argumentos, algo que ningún antisemita quiere oír. Ellos escuchan solamente su propio odio y envidia, sus propios instintos más bajos. Fuera de eso para ellos nada cuenta. Ellos están sordos para la razón, el derecho y la moral. No se los puede influenciar....Es como una epidemia; como el cólera: ni se la puede explicar, ni se la puede sanar....” 
Theodor Mommsen, historiador alemán, ante la pregunta, en 1880, sobre el Antisemitismo.





El  odio a los judíos es  muy antiguo. Podría decirse que ya  lo padeció este pueblo durante varios siglos cuando fueron esclavos en Egipto, hacia el 1750 a.E.C;  o en  el aniquilamiento de la diez tribus de Israel en el norte de su territorio a manos del Imperio Asirio en el año 722 a. E.C., cuando se los hizo cautivos y se los dispersó por los cuatro puntos cardinales vendiéndolos como esclavos;  o con el exilio y cautiverio a que  sometió  el Imperio Babilónico a las tribus del sur, de Judá y Benjamín, en el año 586 a.E.C. ;  o bajo el  aniquilamiento sufrido en su propia tierra, por el imperio Romano,  desde el  año 70 d.E.C., y que duró varios siglos.
Desde que fueron diseminados por todo el mundo, los judíos han sido discriminados y padecieron   matanzas colectivas. Cuestionados por el Imperio Griego por permanecer fieles a sus creencias religiosas y culturales, con el correr de los años  fueron también culpados,  entre otras cosas, de la epidemia de peste negra  y otras desgracias sociales ocurridas en Europa medieval, de acaparar inecrupulosamente la riqueza nacional, y, sobretodo, de  haber asesinado a Jesucristo. Esta  última estigmatización, difundida por la Iglesia Católica-  (si bien Jesucristo fue muerto por los soldados romanos) fue uno de los motivos de la Inquisición y de las Cruzadas,  y heredada también por el  Protentastismo de Lutero, y  significó el asesinato masivo y la expulsión de judíos durante toda la Edad Media.
El odio de aquella época medieval se conoce como “antijudaísmo”, y estuvo originado principalmente en motivos religiosos.  Durante aquellos oscuros siglos, los judíos fueron difamados por ejemplo con el argumento de que para su festividad de Pascua  asesinaban niños cristianos con fines rituales;  y así luego fueron masacrados en masa, expoliados sus bienes, y expulsados, u  obligados a convertirse por  la fuerza a la fe cristiana.
Matanzas raciales de judíos que dieron origen a la palabra Pogrom (linchamiento popular, organizado  a veces  por las autoridades) ocurrieron asimismo profusamente en Rusia entre 1881 y 1884,  pero también en Polonia, y en otros países de  Europa ; siempre bajo la misma caraterística de “chivo expiatorio” de  problemas nacionales propios.
El mismo Stalin en la Rusia bolchevique confinó y asesinó a millares de judíos.

Así - siguiendo con esta apretada síntesis histórica que no puede ser   exhaustiva por  motivos de espacio- se llegó a la gran persecución que comandó Hitler en la Segunda Guerra Mundial, cuando fueron exterminados seis millones de judíos. Durante el nazismo, los judíos primero fueron despojados de sus derechos civiles, de su ciudadanía, de sus bienes,  se les prohibió ejercer sus profesiones, y, tras las ideas y las palabras antisemitas, vino  el exterminio real.  Esta vez los motivos o cargos para el odio fueron: “Raza inferior”, “Causante de la crisis financiera”, “ Manipuladores oscuros del dinero con fines de manejar el mundo”, etc. ; calumnias procedentes  en gran medida del libelo “Protocolos de los sabios de Sion”,  texto publicado en la Rusia zarista que ya les costaría la vida a miles de judíos  acusados de conspirar para manejar el mundo entero.
Por esta época de la segunda guerra mundial,  el odio pasó a llamarse “antisemitismo”. Y así, sucesivamente, los judíos  fueron acusados por los nacionalistas de ser generadores del comunismo, o por los comunistas de ser regidores del capitalismo, pero siempre nuevamente despositarios de la frustración individual o colectiva.

Tras el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial, los judíos sobrevivientes crearon en su tierra ancestral (la antigua Canaán, rebautizada Palestina o Philistea por los romanos en virtud de  un pueblo enemigo de los judíos ya entonces extinguido ) el Estado de Israel,  en 1948, y unas semanas después fueron atacados por una coalición de países árabes que deseaba expulsarlos al mar. Una resolución de las Naciones Unidas  de 1947 que determinaba un estado judío y otro  estado árabe,  no había sido aceptada por los palestinos, sino que  ellos prefirieron ir  a la guerra  contra Israel uniéndose a otros pueblos árabes vecinos. El pueblo judío, entonces ya Israel, repelió a los árabes, y asimismo los venció luego en la Guerra de los Seis Días, en 1967, cuando volvieron a juntarse los países árabes  para expulsarlos o exterminarlos.
En nuestros días, el mundo entero revive un auge del antisemitismo,  esta vez disfrazado con el nombre de “antisionismo”, impulsado especialmente por el conflicto judío-palestino. Se trata éste de un  conflicto que si se analizan bien las causas se verá que carece de raíz histórica ni explicación política convincente, toda vez que los primeros árabes comenzaron a establecerse en la tierra que hoy es Israel recién hacia 1870, y ni a partir de esa fecha ni por supuesto  antes existió una nación palestina, ni un estado palestino en aquel lugar que fuera invadido.
De manera  que el conflicto palestino parece tener en su raíz simplemente  el odio de los árabes hacia los judíos; los palestinos, nacidos en Egipto como organización  oficial hacia 1964, como OLP, ya habían exteriorizado su odio a los judíos a través de su  lider espiritual (Mufti) de Jerusalem, Amin al Hussayni, quien durante la Segunda Guerra Mundial vivió en Alemania como aliado de Hitler, colaborando incluso militarmente en la formación de brigadas musulmanas de SS, y, según se cree, proponiendo extender el exterminio de judíos cuando este estaba en pleno apogeo.
Hoy la mayoría de los pueblos árabes desean  la desaparición  de los judíos, como lo expresan repetidas veces muchos de sus líderes religiosos musulmanes.
El estado de Israel está amenazado militarmente desde el norte por las milicias de Hezbolah, armadas por Irán;  por el sur por la aparición de células terroristas del ISIS; y desde Gaza por Hamás.
Actualamente el  mundo entero se deja llevar por  campañas antisemitas que tergiversan noticias y datos históricos para acusar a los judíos  y  para hacer aparecer como víctimas a un pueblo, los palestinos, cuyos aliados y dirigentes mientras tanto  sólo persiguen la destrucción del estado de Israel, como lo demuestran el adoctrinamiento interno de su pueblo, y  sus consecuentes interminables ataques terroristas.
Pero  la superficialidad con que se juzga este conflicto que tiene a los judíos como protagonistas, parece ser  indicador de  algo más,  oculto detrás de la pretendida reivindicación geopolítica. Incluso la izquierda mundial se muestra convencida a ciegas de culpar a los judíos de este conflicto, ignorando realidades históricas objetivas. Y  alarma que gran parte del mundo se deje arrastrar por este neo antisemitismo, participando  en acciones abiertamente agresivas  contra el pueblo judío, aún disfrazadas con aparentes fines humanitarios.
Sin justificar la guerra (¡ninguna guerra¡)  ni exculpar la muerte de civiles inocentes, este conflicto tiene  un porcentaje demasiado alto de odio a los judíos como motivación, razón por la cual, además, cuesta tanto encontrar una  paz duradera.
La mayoría de judíos residentes en Francia están emigrando a Israel, o desean hacerlo, ante la ola de antisemitismo y sus consecuentes agresiones.
Europa, por momentos ejerce una presión sobre Israel que no contempla la dimensión real del problema enfrentas los judíos en su tierra, constantemente amenazada.
En internet circulan actualmente muchos contenidos que repiten conocidas falacias: “Los judíos dominan el mundo en las sombras”, “dominan incluso a Estados Unidos”, “dominan las finanzas y las crisis y las guerras”, y,  por ende, “la Conspiración Judeo-mazónica es la  culpable de todos los males mundiales”.
Claro, esta generalización de la maldad cargada sobre los judíos carece de fundamento y de  veracidad, pues es evidente que todos los pueblos tienen entre su gente buenos y malos. Y muchos son los estados modernos aque cometen atrocidades militares contra civiles indefensos,  pero nadie los acusa.
Pero  este gran prejuicio racial se ha activado nuevamente, servido en bandeja por la  nueva propaganda antisemita. Y  otra vez, como tras las palabras e ideas de odio racial vienen los hechos,  asistimos hoy  a una creciente ola de agresiones a judíos.
Este antiguo sentimiento ciego y nefasto que renace, es un tema digno de preocupación para cualquiera que ame la justicia, la verdad, y la paz. Y también porque, según muestra la  historia más reciente, el odio a los judíos suele venir  acompañado de  tragedias que involucran a todo el mundo.

E.R.










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