25 oct 2016

2 ago 2016

Actualidad: Señales antes del fin

Munich, 2016 (foto Kike)
Señales antes del fin

Los últimos atentados terroristas ocurridos en  Alemania han cambiado el sentimiento de seguridad con que se vivía en ciudades como Múnich. ¿Qué es esto qué pasa ahora? Lo nuevo parece ser es que nadie está ya seguro al salir a la calle, porque existen muchos dispuestos a disparar a la multitud para reivindicar sus ideas, o descargar su odio. Sin analizar en detalle los motivos de quienes cometen atentados, lo cierto es que el sentimiento terrible de matar al prójimo aunque se pierda  la vida en esas acciones, es hoy una opción existencial para muchos jóvenes. Las armas se consiguen con facilidad. Las injusticias sociales y las guerras que azotan el mundo siempre darán justificativos para el crimen.
Luego, los ecos que dejan estos atentados en la población son temor, odio también, inseguridad, frustración....desolación.
¿Pero porqué está el mundo en guerra? ¿Quién vende las armas? Habría  varias respuestas, pero es así: la muerte avanza sin reparo como una epidemia moderna.
Para las personas de fe, la palabra de Dios explica detalladamente que todo esto que sucede, principio de dolores son, principio de una gran tribulación de toda la humanidad tras lo cual se manifestará el Hijo de Dios, Jesucristo el Mesías (Mateo 24: 29-35; Marcos 13:24-37).
Es alarmante lo que sucede, pero puede verse  también con la esperanza de un mundo venidero de Justicia Universal.
Es parte del  plan de Dios.  Los cataclismos profetizados ( guerras, hambres, pestes, terremotos) no afectarán a quienes pongan su fe en Jesús el Cristo. El tiempo de tribulación que está empezando demanda por tanto una preparación espiritual, para no sucumbir a lo malo, y tener parte en lo nuevo que vendrá, tras el “fin de los tiempos”.

31 may 2016

Yo soy Jehová tu Dios



“Yo soy Jehová  tu Dios.....” son las primeras palabras que Dios declaró a Moisés en el monte Sinaí, y que el mismo Creador escribió con su propio dedo en las tablas de la Ley, la cual le entregó para que  en adelante guiasen la vida del pueblo judío. Es lo que se conoce como los Diez Mandamientos, aunque a estos les siguieron extensos preceptos incluídos en Exodo, Números, y Deuteronomio.
Estos  Mandamientos son el primer pacto de Dios con los hombres, y se constituyó en la base (monoteísta) de la religión judía, primero, y luego en la de la religión cristiana, que los incluye en lo que denomina Viejo Testamento; el Nuevo Testamento, que completa la biblia católica,  se escribió a partir de la venida de Jesucristo, más de dos mil años después.
 Pero volviendo a este primer contacto oficial entre Dios y los hombres, leyéndolo puede entenderse
el carácter de este Dios que se presenta como único,  celoso, y que más que nada demanda el cumplimiento de sus leyes, a secas, sin extenderse, por ejemplo,  en el culto a santos y vírgenes muy difundido posteriormente.
La religión, y la palabra de Dios, claro, se ha prestado siempre a diversas interpretaciones, incluso personales, aunque no debería ser así, pero sucede. Lo único cierto es que fueron los Diez Mandamientos los que aportaron a la cultura de la humanidad una “ética”, que se presenta como su mismo hacedor: eterna. Luego, ante la imposibilidad de ser salvos por el cumplimiento sin mancha de la Ley, es la gracia de Jesucristo lo que nos ofrece, en su nombre, la salvación para los que creen en él.
A continuación la cita textual de lo que habló Dios a Moisés en el monte Sinaí, hace unos 4 mil años. Cada uno sacará sus conclusiones.

1“ Y  habló Dios todas estas palabras, diciendo:
2“Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de Egipto, donde eras esclavo.”
3 “No tendrás  dioses ajenos delante de  mí.”
4 “No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que hay arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo que hay en el mar debajo de la tierra.”
5 “No te inclinarás a ellas, ni las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que castiga la maldad de los padres que me aborrecen, en sus hijos, nietos, y bisnietos;
6 y hago misericordia a millares, a los que me aman, y guardan mis mandamientos.”
7“No  tomarás el nombre de Jehová tu Dios en vano; porque no dará por inocente Jehová al que tomare su nombre en vano.”
8 “Acuerdate del día de reposo, para santificarlo.”
9 “Seis días trabajarás, y harás toda tu obra;
10  más el séptimo día es de reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni tu extranjero que está dentro de tus puertas.”
11 “Porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas  que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el día de resposo, y lo santificó.”
12 “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da.”
13 “No matarás.”
14 “No cometerás adulterio.”
15 “No hurtarás.”
16 “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio.”
17 “No codiciarás la casa de tu prójimo, no codiciarás a la mujer de tu prójimo, ni su siervo, ni su criada, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo.”

Èxodo 20: 1-17



24 feb 2016

SER ESPIRITUAL

 La vida y la muerte

La aparición de Jesucristo en la tierra mostró, desde el  mismo nacimiento de Jesús,  el trágico enfrentamiento entre la vida y la muerte, entre la luz y las tinieblas, entre el poder terrenal y el poder del cielo, entre el bien y el mal, en suma, que iba a respresentar su persona en el mundo.
Ungido por Dios como  salvador de su pueblo,  luz de las naciones, y futuro rey de justicia, Jesucristo fue, por eso mismo, confrontado por las fuerzas espirituales enemigas que finalmente lograrían su muerte. Así fue el plan de Dios para con su Hijo y para con la humanidad, plan que  continuó con su resurreción, tras haber sido crucificado, y que  completará con su regreso a la tierra.
Pero la dimensión del enfrentamiento es sobrecogedor,  e inevitable; y  es parte del destino mismo de la humanidad.
Veamos, para entenderlo, lo que sucedió apenas unos días después de nacido el Cristo,  luego de que hubieran partido los magos que vinieron a adorlarle en el pesebre de Belén:

“Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate,  y toma la niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga: porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.”
“Y él,  despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,
y estuvo allá hasta la muerte de Herodes,  para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio  del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.”
“Herodes entonces, cuando se vio burlado de los magos, se enojó mucho, y mandó matar a todos los niños menores de dos años que había en Belén, y en todos sus alrededores, conforme al tiempo que había inquirido de los magos.”
“Entonces se cumplió lo que fue dicho por el profeta Jeremías, cuando dijo: 
Voz fue oída en Ramá,
Grande Lamentación, lloro y gemido;
Raquel que llora a sus hijos, 
Y no quiso ser consolada, porque perecieron.” 

Mateo 2: 13-18 

7 ene 2016

ACTUALIDAD : Antisemitismo, el regreso del odio

Esperando al Mesías.  foto E.R.
“Ud. se equivoca si Ud. supone que en este tema (antisemitismo) usando la razón puede conseguirse siquiera algo. En los años pasados yo mismo lo creí y traté de protestar contra esa monstruosa infamia. Pero es inútil, totalmente inútil. Aquello que yo o cualquier otro podría decir son finalmente argumentos, lógicos y éticos argumentos, algo que ningún antisemita quiere oír. Ellos escuchan solamente su propio odio y envidia, sus propios instintos más bajos. Fuera de eso para ellos nada cuenta. Ellos están sordos para la razón, el derecho y la moral. No se los puede influenciar....Es como una epidemia; como el cólera: ni se la puede explicar, ni se la puede sanar....” 
Theodor Mommsen, historiador alemán, ante la pregunta, en 1880, sobre el Antisemitismo.





El  odio a los judíos es  muy antiguo. Podría decirse que ya  lo padeció este pueblo durante varios siglos cuando fueron esclavos en Egipto, hacia el 1750 a.E.C;  o en  el aniquilamiento de la diez tribus de Israel en el norte de su territorio a manos del Imperio Asirio en el año 722 a. E.C., cuando se los hizo cautivos y se los dispersó por los cuatro puntos cardinales vendiéndolos como esclavos;  o con el exilio y cautiverio a que  sometió  el Imperio Babilónico a las tribus del sur, de Judá y Benjamín, en el año 586 a.E.C. ;  o bajo el  aniquilamiento sufrido en su propia tierra, por el imperio Romano,  desde el  año 70 d.E.C., y que duró varios siglos.
Desde que fueron diseminados por todo el mundo, los judíos han sido discriminados y padecieron   matanzas colectivas. Cuestionados por el Imperio Griego por permanecer fieles a sus creencias religiosas y culturales, con el correr de los años  fueron también culpados,  entre otras cosas, de la epidemia de peste negra  y otras desgracias sociales ocurridas en Europa medieval, de acaparar inecrupulosamente la riqueza nacional, y, sobretodo, de  haber asesinado a Jesucristo. Esta  última estigmatización, difundida por la Iglesia Católica-  (si bien Jesucristo fue muerto por los soldados romanos) fue uno de los motivos de la Inquisición y de las Cruzadas,  y heredada también por el  Protentastismo de Lutero, y  significó el asesinato masivo y la expulsión de judíos durante toda la Edad Media.
El odio de aquella época medieval se conoce como “antijudaísmo”, y estuvo originado principalmente en motivos religiosos.  Durante aquellos oscuros siglos, los judíos fueron difamados por ejemplo con el argumento de que para su festividad de Pascua  asesinaban niños cristianos con fines rituales;  y así luego fueron masacrados en masa, expoliados sus bienes, y expulsados, u  obligados a convertirse por  la fuerza a la fe cristiana.
Matanzas raciales de judíos que dieron origen a la palabra Pogrom (linchamiento popular, organizado  a veces  por las autoridades) ocurrieron asimismo profusamente en Rusia entre 1881 y 1884,  pero también en Polonia, y en otros países de  Europa ; siempre bajo la misma caraterística de “chivo expiatorio” de  problemas nacionales propios.
El mismo Stalin en la Rusia bolchevique confinó y asesinó a millares de judíos.

Así - siguiendo con esta apretada síntesis histórica que no puede ser   exhaustiva por  motivos de espacio- se llegó a la gran persecución que comandó Hitler en la Segunda Guerra Mundial, cuando fueron exterminados seis millones de judíos. Durante el nazismo, los judíos primero fueron despojados de sus derechos civiles, de su ciudadanía, de sus bienes,  se les prohibió ejercer sus profesiones, y, tras las ideas y las palabras antisemitas, vino  el exterminio real.  Esta vez los motivos o cargos para el odio fueron: “Raza inferior”, “Causante de la crisis financiera”, “ Manipuladores oscuros del dinero con fines de manejar el mundo”, etc. ; calumnias procedentes  en gran medida del libelo “Protocolos de los sabios de Sion”,  texto publicado en la Rusia zarista que ya les costaría la vida a miles de judíos  acusados de conspirar para manejar el mundo entero.
Por esta época de la segunda guerra mundial,  el odio pasó a llamarse “antisemitismo”. Y así, sucesivamente, los judíos  fueron acusados por los nacionalistas de ser generadores del comunismo, o por los comunistas de ser regidores del capitalismo, pero siempre nuevamente despositarios de la frustración individual o colectiva.

Tras el Holocausto de la Segunda Guerra Mundial, los judíos sobrevivientes crearon en su tierra ancestral (la antigua Canaán, rebautizada Palestina o Philistea por los romanos en virtud de  un pueblo enemigo de los judíos ya entonces extinguido ) el Estado de Israel,  en 1948, y unas semanas después fueron atacados por una coalición de países árabes que deseaba expulsarlos al mar. Una resolución de las Naciones Unidas  de 1947 que determinaba un estado judío y otro  estado árabe,  no había sido aceptada por los palestinos, sino que  ellos prefirieron ir  a la guerra  contra Israel uniéndose a otros pueblos árabes vecinos. El pueblo judío, entonces ya Israel, repelió a los árabes, y asimismo los venció luego en la Guerra de los Seis Días, en 1967, cuando volvieron a juntarse los países árabes  para expulsarlos o exterminarlos.
En nuestros días, el mundo entero revive un auge del antisemitismo,  esta vez disfrazado con el nombre de “antisionismo”, impulsado especialmente por el conflicto judío-palestino. Se trata éste de un  conflicto que si se analizan bien las causas se verá que carece de raíz histórica ni explicación política convincente, toda vez que los primeros árabes comenzaron a establecerse en la tierra que hoy es Israel recién hacia 1870, y ni a partir de esa fecha ni por supuesto  antes existió una nación palestina, ni un estado palestino en aquel lugar que fuera invadido.
De manera  que el conflicto palestino parece tener en su raíz simplemente  el odio de los árabes hacia los judíos; los palestinos, nacidos en Egipto como organización  oficial hacia 1964, como OLP, ya habían exteriorizado su odio a los judíos a través de su  lider espiritual (Mufti) de Jerusalem, Amin al Hussayni, quien durante la Segunda Guerra Mundial vivió en Alemania como aliado de Hitler, colaborando incluso militarmente en la formación de brigadas musulmanas de SS, y, según se cree, proponiendo extender el exterminio de judíos cuando este estaba en pleno apogeo.
Hoy la mayoría de los pueblos árabes desean  la desaparición  de los judíos, como lo expresan repetidas veces muchos de sus líderes religiosos musulmanes.
El estado de Israel está amenazado militarmente desde el norte por las milicias de Hezbolah, armadas por Irán;  por el sur por la aparición de células terroristas del ISIS; y desde Gaza por Hamás.
Actualamente el  mundo entero se deja llevar por  campañas antisemitas que tergiversan noticias y datos históricos para acusar a los judíos  y  para hacer aparecer como víctimas a un pueblo, los palestinos, cuyos aliados y dirigentes mientras tanto  sólo persiguen la destrucción del estado de Israel, como lo demuestran el adoctrinamiento interno de su pueblo, y  sus consecuentes interminables ataques terroristas.
Pero  la superficialidad con que se juzga este conflicto que tiene a los judíos como protagonistas, parece ser  indicador de  algo más,  oculto detrás de la pretendida reivindicación geopolítica. Incluso la izquierda mundial se muestra convencida a ciegas de culpar a los judíos de este conflicto, ignorando realidades históricas objetivas. Y  alarma que gran parte del mundo se deje arrastrar por este neo antisemitismo, participando  en acciones abiertamente agresivas  contra el pueblo judío, aún disfrazadas con aparentes fines humanitarios.
Sin justificar la guerra (¡ninguna guerra¡)  ni exculpar la muerte de civiles inocentes, este conflicto tiene  un porcentaje demasiado alto de odio a los judíos como motivación, razón por la cual, además, cuesta tanto encontrar una  paz duradera.
La mayoría de judíos residentes en Francia están emigrando a Israel, o desean hacerlo, ante la ola de antisemitismo y sus consecuentes agresiones.
Europa, por momentos ejerce una presión sobre Israel que no contempla la dimensión real del problema enfrentas los judíos en su tierra, constantemente amenazada.
En internet circulan actualmente muchos contenidos que repiten conocidas falacias: “Los judíos dominan el mundo en las sombras”, “dominan incluso a Estados Unidos”, “dominan las finanzas y las crisis y las guerras”, y,  por ende, “la Conspiración Judeo-mazónica es la  culpable de todos los males mundiales”.
Claro, esta generalización de la maldad cargada sobre los judíos carece de fundamento y de  veracidad, pues es evidente que todos los pueblos tienen entre su gente buenos y malos. Y muchos son los estados modernos aque cometen atrocidades militares contra civiles indefensos,  pero nadie los acusa.
Pero  este gran prejuicio racial se ha activado nuevamente, servido en bandeja por la  nueva propaganda antisemita. Y  otra vez, como tras las palabras e ideas de odio racial vienen los hechos,  asistimos hoy  a una creciente ola de agresiones a judíos.
Este antiguo sentimiento ciego y nefasto que renace, es un tema digno de preocupación para cualquiera que ame la justicia, la verdad, y la paz. Y también porque, según muestra la  historia más reciente, el odio a los judíos suele venir  acompañado de  tragedias que involucran a todo el mundo.

E.R.










25 dic 2015

SER ESPIRITUAL El juicio a las naciones

La estrella naciente de la mañana (foto E.R.)

Una parte importante del plan de Dios para la Humanidad es el juicio a las naciones que se producirá al final de los tiempos (Mateo 25: 31-46), al consumarse la segunda venida de Jesucristo. Existen variados pasajes bíblicos referidos a la relación de Dios con las naciones, empezando por su propio pueblo, el pueblo judío, y siquiendo con el resto de los pueblos, pero en todos los casos la palabra de Dios dice claramente que  sí tendrá lugar un “juicio” al final de los tiempos. Y que la manifestación del Mesías conlleva su intervención directa en los asuntos del mundo. Hablaremos de ello en próximos artículos, porque comprender esta profecía requiere de contextualizaciones y análisis profundos de diversas citas bíblicas,  en tanto que las sagradas escrituras  mencionan aquí incluso  batallas que ocurrirán entre Dios y los ejércitos del mundo. Sin embargo, valga ahora la transcripición de las palabras de Jesús sobre este tema, en un pasaje en el cual ya queda claro el fondo del asunto: el juicio se ajustará esencialmente a la conducta de los pueblos, colectiva y, -esto es lo importante-  individualmente,:

El juicio a las naciones  

31 “Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará a los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
33 “Y pondrlá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. 34  Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. 35 Porque tuve hambre, y me distes de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; 36 estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí.
37  Entonces los justos le responderán  diciendo: Señor ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? 38 ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? 39 ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a tí? 40 Y respondiendo el Rey les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. 
41 Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles.
42 Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; 43  fui forastero, y no me  recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis.
44 Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?
45 Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí me lo hicisteis.
46 E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”

Mateo 25: 31-46